Max Machado conoce a Eduardo Milano en un parque donde terminan creando una conexión muy agradable y allí ambos comienzan a besarse y frotarse en medio del bosque detrás de los árboles para que nadie los vea. Milano lo lleva a su apartamento donde pueden estar más cómodos y ahí se suelta el puterío, los dos comienzan a besarse, Eduardo comienza a chupar la deliciosa y enorme polla de Max que delira de lujuria y placer al sentir la boca caliente de Milano tragándose todo su rollo. Max pone a Eduardo Milano a cuatro patas y comienza a follarle el culo caliente haciendo gemir de placer al bastardo.
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