A Tommy Poulain le gusta dar una buena lección a otros jóvenes deportistas. Capturó al rubio Robbie y lo llevó a su guarida de la mazmorra pervertida, con los ojos vendados y atado, incapaz de defenderse mientras empuja su polla rosada sin cortar en su cara. Puede que Robbie no quiera chupar una polla, pero no tiene otra opción, pronto lo follarán en la cara y beberá todo el líquido preseminal que se escapa de esa carne que crece en su boca. No hay duda de que se trata de que Tommy obtenga lo que quiere mientras inclina al chico y empuja su gran pieza por ese pequeño agujero caliente, pinchando su polla cruda dentro y fuera de su cautivo. Robbie sabe que debe cumplir si quiere recuperar su libertad, sometiéndose a una follada más profunda en su espalda y una lluvia de semen.
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