El fin de semana pasado hice una pequeña excursión a pie por el campo, en la Cazador Checo 813. Mientras disfrutaba del hermoso paisaje, de repente me fijé en un trabajador forestal que cargaba un tronco. Tenía el torso desnudo, bonito y velludo.
Lo observé un rato desde lejos y luego decidí hablar con él. Primero tuve que explicarle lo de la cámara, pero después tuvimos una charla estupenda. El tipo estaba allí para ganar un dinero extra. El trabajo no pagaba mucho, así que cuando le ofrecí una buena suma, accedió a enseñarme más de su cuerpo bien formado. No le importó en absoluto y se bajó los pantalones rápidamente.
Luego nos fuimos a un lugar más apartado. Nuestro pequeño guardabosques era bastante codicioso y travieso. No me quedó más remedio que seguir dándole dinero y el muy zorra hizo exactamente lo que yo quería. Lo que más disfrutó fue montarme. Sus gemidos se oían a lo lejos.
