Lucas Rocha, otro musculoso, ¡pero terminó siendo el sumiso! Me gusta ir a algún lugar cálido cuando llega el invierno. Odio el frío. Planeo irme en dos días y quería divertirme un poco antes de partir.
Un amigo me prestó su plaza de aparcamiento, donde podría dejar mi coche mientras estoy fuera. Mi idea para esta noche era encontrar a un chico guapo, llevarlo a los garajes y follármelo allí mismo. Quería hacer algo loco. Ahora tenía que encontrar a un chico dispuesto a ir conmigo. En realidad fue bastante fácil. Encontré al chico más guapo de por ahí y le pedí que me indicara el camino.
Aceptó y empezamos a charlar.
Menos mal que llevaba suficiente efectivo porque el chico tenía una increíble sed de dinero. Al menos su enorme y dura polla y su culito apretado compensaban su avaricia. Resulta que los garajes estaban mucho más concurridos de lo que esperaba.



